Todas las personas razonablemente sanas lo pasamos bastante mal cuando tenemos algún problemilla de salud, por pequeño que sea. A mí me enganchó algo vírico de tripa con un catarro que parecía mucho menos de lo que al final fue. Y hoy es el primer día que me he levantado BIEN, así, con todas las letras. Y...¡coño! Sonrisa en boca y todo...No tenemos derecho a quejarnos, pero lo hacemos de todas formas.
Bien, sigo con la crónica del trabajo de la semana pasada.
Como ya os comenté, se trataba de un spot para Renault (el anuncio era del nuevo Megane Wind, pero el primer día le dijimos a todo el mundo que se trataba de un motor híbrido, por desconocimiento) con lo que el nivel de producción estaba asegurado...El curro fue bastante mierdoso y los dos primeros días compartimos rodaje con una ayudante de dirección...mira, no me gusta hablar mal de nadie a sus espaldas, aunque sea desconocida para mí. Pero es que casi nos mata a todos...Doscientas mil tomas por escena (casi todas parecidísimas), gritona e insoportable...Ah, y sufría de una extraña aversión a los "chalecos amarillos". Estos éramos todos los runners (los únicos que llevábamos chalecos).
El caso es que en cuanto tenía a alguno cerca, se empezaba a poner nerviosa...Ese tipo de nerviosismo que le sale a la gente cuando se cree superior, ¿sabéis? Yo tuve incluso un pequeño rifi-rafe el primer día, cuando a la tarde, bastante cansado, aún dolorido de la tripa y con el humor justo, me la echó por estar demasiado cerca de ella (ya anteriormente nos había gritado para que calláramos, cuando estábamos hablando a unos 10 metros y bastante por debajo del nivel de ruido ambiente) y cuando me moví me la volvió a echar para que alejara a la gente que había alrededor (que estaban aún más lejos que yo). Total, que a la segunda de esas decidí que no volvería a cruzarle la mirada y listo. Todo se volvió mucho más fácil para mí a partir de entonces. Al final nos enteramos de que debió de terminar bastante mal cuando alguien del equipo, hasta el culo de sus brotes, le respondió tal como ella hablaba continuamente. Resulta que no lo debe de llevar bien...
En nuestra función de blockers (uséase, parar a la gente para que no cruce mientras se graba una toma) también tuvimos que lidiar con gente nada respetuosa. Sin embargo, debo decir con alegría que fueron minoría. En general, con mejor o peor cara, la gente te escuchaba y esperaba pacientemente el minuto que les robabas. Porque os hablo de un minuto o dos, la mayoría de las veces menos...Y aún así, había gente a la que no podías parar. O iban al médico (no sabéis cuántos...), o ni se paraban a escuchar lo que les decías (a mí me respondieron un par de veces que pensaban que era de Cruz Roja o "algo así").
Pero, lo mejor que he sacado de este rodaje (aparte de la ya comentada magnitud) fue el trato con el estrato más "bajo" del equipo técnico. Los ayudantes de cámara, iluminación, conductores...Son gente bastante canalla en su mayoría (si no no molarían tanto) y son cercanos, naturales. También es cierto que hicimos algo de migas con alguno de más "arriba" pero, por supuesto, ni acercarse a la gente de producción, dirección, etc...Y esto sigue siendo así; fue así antaño y me temo que nada hará que cambie en el futuro.
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