sábado, 22 de enero de 2011

Sin título

Hoy escribo casi por compromiso. La verdad es que llevo un tiempo que no sé de qué hablar, si es que quiero hablar de algo. ¿Será una etapa, como las de las relaciones? Tengo en mente cosas para este blog, pero son musicales, no escritas. Que no digo que se termine, ¿eh? Lo que pasa es que creo firmemente que si tengo nada medianamente interesante que enseñaros, ¿para qué aburrir?

¿Sabéis ese tipo de cosas que aparentemente no te afectan hasta que te das cuenta que te estás engañando?Seguro que sí. Hay gente a la que parece que nada nos afecta. Pero hay que tener los ojos abiertos, porque cuando nos queremos dar cuenta estamos igual de acongojados que el resto, pero encima no nos hemos preparado.

Para terminar (y dar un poco de sal a esta mierda de entrada) os dejo un vídeo entretenido para que disfrutéis de la buena publicidad, ese género tan poderoso como pisoteado.

Salud.


1 comentario:

Dieguez dijo...

Nene, esta entrada tiene mucho más de lo que aparenta.
Sabes aquel funcionario que cuando recibia cualquier papel simplemente lo tiraba tras de sí y seguia fijando su mirada hacia el mostrador?. Pues una mañana le encontraron muerto, asfixiado contra su propia vitrina.
Nene, mira lo que te llega y con la excusa de colocarlo date la vuelta y echa un vistazo a ver como andan las cosas por ahí detrás. Y si tienes que mandar a alguno a casa a que te redacte el papelajo en condiciones, le mandas. Y si hay algún documento que no es de tu competencia recepcionar, no lo recepciones. No me jodas.

P.D: Y si, es normal que no te suene la fábula. Me la acabo de inventar.