lunes, 15 de marzo de 2010

Dispersión

Últimamente ando jodidamente disperso...Debe ser cosa del "monster" este (que no máster) que me trae por la calle de la amargura...El caso es que no me centro en nada, no hago nada palpable, pasan los días, se convierten en meses y dentro de poco en un curso. Y nunca había tenido una sensación de tanto vacío. Me convenzo a mí mismo de que estoy haciendo alguna cosa, tareas pendientes, que algo estoy aprendiendo, aunque sea poco...Pero no sé si termino de creérmelo. Ahora, que yo lo intento.

De momento me apetece desconectar un poquito de Gandía. El miércoles vuelvo a casa escapando de las Fallas (lo siento mucho pero una fiesta en la que los petardos, que no son santo de mi devoción, son los principales protagonistas, no me motiva demasiado...). A ver si me encuentro un poco a mí mismo, o algo. Porque de aquí en adelante lo único que va a pasar es que tendré más clases, pero no creo que mucho mejores, de modo que estaré más ocupado pero de igual mala leche (es un decir, yo casi nunca estoy verdaderamente de mala leche).

Pero no me saco esa sensación de que alguna (barra-muchas) de las cosas que estoy haciendo quizá no merecen el tiempo invertido...

Desagradable sensación.

Época de toros flacos...

2 comentarios:

Dieguez dijo...

Conozco esa sensación, vaya que si la conozco. De hecho nadie de los que conozco que merezcan la pena no la conocen. Lo que ocurre es que en los casoso que conozco suele venir acompañada de una pequeña voz que te dice que deberias hacer para que desapareciera (lo cual no significa ni mucho menos que lo vayas a hacer). pero este caso del que me hablas quizás tenga más que ver con la segunda parte de una frase que me gusta muchisísimo.
Di tus problemas tienen solución, por qué te quejas, y si no la tinen, por qué te quejas.
La sensación de perder el tiempo es muy mala compañera.

Daniel Grau Gil-Díez dijo...

En un principio me quejaba para intentar cambiar algo...pero eso ya no hay tiempo.

Sin embargo, el problema es esa sensación...