sábado, 5 de junio de 2010

Crudas Reflexiones

Haciendo un juego de palabras digno del estado actual (cruda le llaman a la resaca en México) comienzo este post. Ayer tuvimos cena de máster y hoy estamos un poco así como con el cerebro licuado...

Dando un paseo por la playa para despejar, me he cruzado con un montón de familias con sendos guajes jugando...He tenido un bonito momento rememorativo cuando una madre ha llevado a su hija a la orilla a limpiarse las manos y luego, en un gesto abarrotado de amor, la ha envuelto con la toalla y la ha llevado en brazos a donde estaba su padre. Ese simple gesto, además de emocionarme (oye, días tontos los tenemos todos) me ha retrotraído a la infancia, a los veraneos con los papis y el bro...Ya sabéis, uno de esos momentos.

Al cruzarme con muchos de esos niños jugando tal como han venido al mundo, he vuelto a pensar en lo fotogénico que es un chaval desnudo jugando en la playa, riendo y siendo felizote. Y en que esta humanidad nuestra, tan corrompida y putrefacta, nos ha llevado a la imposibilidad de pararte a hacer unas buenas fotos porque, en cuanto te vean los padres, se te tirarán al cuello al pensar (muchas veces sin equivocarse) que eres un jodido pervertido. Yo creo que esto antes no pasaba tanto, ¿no? La pregunta es: ¿será que pasaba menos o que la información era menor?

Y con esto creo que es suficiente por hoy, voy a cenar y a terminar este "día después". Conforme pasa el tiempo le veo más cosas buenas a la resaca. Lo malo está ahí, claro, pero hay que saber ver lo positivo. Y hablando de positivismo, concluyo este día con una sonrisa aún más amplia después de escuchar el último disco de El Chojín (Cosas que pasan, que no pasan y que deberían pasar). El otro día os hablaba de él respecto a lo de la versión rapeada de las noticias. Hoy es por este disco que narra una historia de forma SÚPER entretenida. Recomiendo su escucha a todos los que se vean algo interesados por el rap.

Por cierto, me encanta la sensación previa a escuchar un disco nuevo de un artista que respeto...¿A vosotr@s no? Eso es disfrutar la música, yo lo tengo claro.

Disfruten del fin de semana! (y de paso, de la vida ;)

La foto es del señor Manuel Cascales y la he sacado de aquí

3 comentarios:

Dieguez dijo...

Punto número 1: La felicidad pura y libre de mediadores (malos para la salud muchas veces y caros casi siempre) no es propiedad exclusiva de los crios, lo que ocurre es que nos empeñan en olvidarlo los señores y señoras que viven del invento (casi tod@s).
Te propongo un experimento científico: Un día de estos de verano, que veas que se va liar una gorda, gorda ponte unos pantalones cortos una camiseta y arrimate a la playa. Para cuando llegues el personal estará recogiendo como si estuviera a punto de desembarcar la Tercera Acorazada. Ahora solo tienes que esperar.
Cuando vuelvas a casa, mírate al espejo e intenta explicarte de donde viene ese gesto que te llena la cara.

Dieguez dijo...

Punto número 2: No, no hay más pervertidos lo que hayes muuuuuuuuuuuuucha mas distancia entre humanos, cada vez nos hablamos menos (al menos a la cara), cada vez nos miramos menos y cada vez nos tocamos menos, de modo que cada vez nos parecen más extraños esos comportamientos. Y sabemos lo que pasa con lo que nos resulta extraño verdad? pues que nos violenta y queremos que deje de hacerlo y a partir de ahí cualquier excusa vale. Ya no sabemos ni diferenciar una mirada limpia de la que no lo es, sencillamente porque ya no miramos.

Punto 3: Me gustan tus resacas, Nen, pero no olvides que cualquier tiempo pasado solo fue anterior.

Daniel Grau Gil-Díez dijo...

Punto número 1: espero poder poner en práctica tu punto número 1. Me he reído sólo de pensarlo, o sea que...

Sobre el punto número 2 iba a escribir algo, pero me he dado cuenta de que tengo que meditarlo un poco más.

Y del punto número 3, no sé si por juventud o por mentalidad, pero ese que comentas no es mi problema...Yo eso lo tengo claro (recuerdo el post de la nostalgia).

Igual nos estamos haciendo un poco la picha un punto, no?(digooo, un lío)

Por cierto, acabo de llegar a otra conclusión: mis resacas creo que son como todos los vinos, los buenos y los malos...juntos; mejoran con los años, pero cada vez se hacen más peleonas.